“Yo si encuentro a la mujer ideal para mí, en seis meses ya estará viviendo en mi casa, y que pase lo que tenga que pasar… anillote y todo lo que quiera[1]” Alfonso Denigris
Dentro de nuestra sociedad actual los medios de comunicación masiva condicionan pautas de comportamiento con respecto a sus interlocutores, por ello, este trabajo trata de mostrar el impacto que tuvo, no sólo televisivamente a nivel nacional, sino dentro de las TIC’s el programa “Mitad y Mitad: Juegos de Amor”, reallity transmitido por Multimedios televisión en el periodo enero-marzo 2011; posicionándose como número uno en rating nacional durante 10 semanas consecutivas; lo que motiva este análisis es exponer los elementos que han hecho de este programa un éxito, que por consecuencia indica con lo que se identifica la sociedad tanto mexicana como neoleonesa. Se dará a conocer cómo se retoman arquetipos milenarios adaptados a un contexto actual, que proyecta el ideal social de la masa; además se abordara la violencia simbólica dentro del programa y los elementos argumentativos de género que determinaron una línea y un parteaguas dentro del mismo.
El 12 de enero del presente año ve la luz un nuevo reality show emitido por multimedios televisión; estación oriunda de Nuevo León; titulado “Mitad y Mitad Juegos de Amor”; protagonizado por Alfonso “Poncho” De Nigris; hermano del exjugador de rayados Antonio Denigris fallecido en Grecia por un paro cardiaco; y conducido por Ernesto Chavana, popular comentarista deportivo de la región, este concurso tiene el fin de encontrar a la “pareja ideal” de Poncho quien está “decidido a sentar cabeza”.
Se hizo el castig a 2876 candidatas de las cuales se selecciono a 39 jóvenes con una edad promedio de 24 años; de las cuales a lo largo de diez semanas se han eliminando 37 por Poncho y el jurado; conformado por Silvia Landeros conductora de “Vivalavi”; Sonia Laura Martínez, tía de “cariño” de Poncho y Alexis De Nigris, primo del mismo; y 4 salieron por decisión propia; del total de las participantes cuatro quedaron desempleadas debido al rality y cuatro consiguieron trabajo dentro de la misma televisora. “Mitad y mitad” apareció en lo a lo largo de tres meses consecutivos en el Trending Topic nacional en twitter y fueron, dentro de la misma red social, Poncho De nigris y Ernesto Chavana las personas más comentadas[2].
La dinámica del concurso consistía en una serie de retos bajo los cuales las participantes eran evaluadas, dichos retos consistían en labores domesticas, como coser un botón, cuidar bebes virtuales, realizar mascarillas o licuados con ingredientes predeterminados; así como asistir a citas sorteadas durante el programa para saber el lugar de la misma; aquí podemos hacer la observación de la violencia simbólica presentada en los retos, dirigidos a actividades “que toda mujer debe saber” denotando una utilidad humana reducida a los quehaceres del hogar.
Dos de las concursantes fueron eliminadas por que los empleos que realizaban no eran considerados “decentes”; una de ellas era DJ, y durante la cita con Poncho señalo que “una mujer que quiera compartir su vida conmigo, no debe hacer este tipo de trabajo, cómo una chava decente puede andar en los antros cada noche, además cuantos hombres no se te acercan, mira yo soy conservador, como todo buen regio[3]” a lo que ella responde: “lo que pasa es que ahorita se me hace fácil porque soy soltera pero obviamente si tengo hijos y así, no quiero estar en un trabajo de noche” bajo esta oraciones habrá que analizar varias perspectivas, la primera y más obvia la de género. Una mujer no debe trabajar en algo que no sea familiarmente aceptable, es decir, se reduce su persona al negar la posibilidad de desempeñar una actividad que se es considerada “indecente” además del “riesgo” aparente que corre al dejar que hombres, que no son su pareja se acerquen a ella con cualquier fin; de aquí parte la segunda perspectiva, la sociológica, que nos indica una clara reproducción social, de status de dominación bajo los cuales la mujer aún es sometida y profesa claramente su status, al mencionar el ser “conservador” ; es decir preservar lo ya establecido.
El segundo caso es similar, la concursante se desempeña como masajista terapéutica en un establecimiento formal, y durante la cita que tiene con Poncho se crítica severamente este hecho: “Cómo crees que voy a estar de acuerdo con que estés tocando otros hombres, además me acabas de decir que el 99.9 de tus amigos son hombres, yo no creo en la amistad entre un hombre y una mujer, te lo digo como hombre que soy[4]” a lo que ella responde: “pero no Poncho obviamente si me caso contigo yo dejaría mi trabajo y me dedicaría al hogar” nuevamente observamos la desaprobación a una conducta de contacto entre pares, la prohibición tajante del lazo afectivo de amistad entre un hombre y una mujer; y la sumisión de la misma mujer ante tales acusaciones, no dejando de lado que ambas coinciden con que es una obviedad el hecho de que tener hijos o estar casada te reduce a eso como persona, que tu vida sea tu familia; estableciendo el adoctrinamiento social del que son víctimas y paradójicamente victimarias a la par.
Durante el reality las concursantes tenían prohibido salir al antro, ya que sí realmente estaban comprometidas con conquistar a Poncho iban a abstenerse de hacer esas actividades impropias, todas accedieron de inmediato, ninguna manifestó sentirse humillada o menospreciada como persona durante el reality, una acepto que las concursantes eran exhibidas pero aclaro que era un riesgo que corrían al concursar.
Ahora bien en la cuestión arquetípica, que también nos marca la línea del género, se establecen roles durante el programa, aparecen ciertos modelos milenarios que parece hasta cierto punto increíble que sigan persistiendo; el primero y en el cual me permito remitirme al epígrafe citando nuevamente: “Yo si encuentro a la mujer ideal para mí, en seis meses ya estará viviendo en mi casa, y que pase lo que tenga que pasar… anillote y todo lo que quiera[5]”, dicho por Poncho el día antes de iniciar el reallity para milenio.com; esto nos muestra este encantador y esperable “príncipe azul”, noble, respetuoso, guapo, poseedor de una gran fortuna, heroico, caballeroso, conservador, culto, “de mundo”, machista (sí bien no me agrada el termino por ser un tanto o cuanto absolutista, no encuentro un mejor adjetivo), represor, capitalista y aristócrata; que todas las mujeres soñamos encontrar.
Pero si existe un príncipe azul es obvio que también habrá una damisela en peligro, que en este caso eran 37, chicas de clase media-baja, que enamoradas de aquel hombre que reflejaba todo lo que siempre habían querido proyectado en este caso en Poncho Denigris: “yo siempre, siempre había estado enamorada de ti Poncho, o sea te veía en la tele y decía, es que yo me quiero casar con un hombre como él” sí ¡aquí esta nuestra damisela! Una mujer que sueña con casarse, tener hijos, servir a su marido, y envejecer junto a él, con esto no quiero decir que sea “malo” como tal aspirar a un modelo de familia tradicional, pero en qué punto se rompe esta delgada línea de tu realización como persona y tú realización cómo mujer, sí yo sé, como mujer medieval pero al fin mujer.
Ahora que ya tenemos a nuestro príncipe y a nuestra damisela, tiene que haber, para cumplir esta fantasía completa un hada madrina, que no podía ser otra que una de los jurados, en este caso Silvia Landeros, encargada de defender y respaldar los sueños de todas las jovencitas, más allá de su lealtad hacia el príncipe “Es que Poncho debes de entender que ellas vienen a buscar tú amor y todas hacen su luchita como dios les da entender” justificando acciones, de noble corazón y entrega absoluta y abnegada como modelo a seguir encontramos a esta hada madrina…
Dentro de toda ilusión amatoria siempre existirá la bruja malvada que en este caso la jugaba por un lado Aldo Denigris, primo del príncipe, que siempre estaba en “contra” del espíritu conservador y modelo a seguir de su primo, defendiendo acciones pero no de la misma forma que el hada sino como todo buen antagónico yendo en contra de lo que el canon de bondad establece “yo como chavo de la edad de ellas entiendo que quieran salir, divertirse, conocer gente nueva y esas cosas, tú primo como ya estas más grande no lo ves bien porque estas chapado a la antigua pero bueno esa es mi opinión muy personal”. Reflejando su postura tajante vemos a nuestra bruja también en unos personajes diseñados especialmente para sabotear las citas de las aspirantes las “ex men”, travestis que aparecían durante los programas o las citas en un por supuesto fallido intento de arruinar el amor.
Por último y no menos importante encontramos al fiel escudero de nuestro príncipe encargado de velar por la seguridad del mismo, y de cuidar sus espaldas, para poder escoger a la damisela correcta, jugando roles medio antagónicos para las damiselas y heroicos para el príncipe Ernesto Chavana se convirtió en el amado bufón y escudero de nuestro cuento, que durante todo el tiempo del reality pretendió hacer lo mejor para Poncho y las concursantes.
Este programa tuvo su desenlace el miércoles 30 de abril donde se eligió a Constanza, quién fue la afortunada ganadora, con la que por cierto a la fecha ya se ha dado por terminada su relación y ya se cocina la segunda temporada de este maravilloso cuento; este es solo un ejemplo del tipo de programación que encontramos día a día en las televisoras no solo locales o nacionales, sino también en las internacionales, que no hacen más que mandar un mensaje de sumisión, adoctrinamiento, dominación y control a nuestra sociedad; lo más relevante para nosotros es darnos cuenta por medio de la red social Twitter que las personas apoyan dichos comportamientos “aconsejando” vía internet a los participantes, emitiendo juicios de valor basados en arquetipos culturales, y reduciendo su forma de pensar o de emitir un juicio a lo que los medios de comunicación masivos presentan “cepillala es una zorra, como puede tener fotos con otros chavos si está enamorada de ti @ponchodenigris así son las más mustias son las más putas”, como este encontramos miles de comentarios en las redes sociales, este tipo de programas deberían llamar nuestra atención para el análisis y reestructuración mediática, pero cómo, cómo en una sociedad que literalmente se conforma con pan y circo.
Cierro este trabajo con un tweet publicado por poncho:
“Me dicen que vieron a geovanna en el jackson! y demas ahorita lo aclaro, yo me e portado como #puragentebien #ahueveeeeee[6]”
Y yo me pregunto ¿cuál es la gente mal?
[1] Comentario publicado el 10 de enero de 2011 por Milenio.com
[2] Estadísticas extraídas del video: “Estadísticas de mitad y mitad” en el URL: http://www.youtube.com/watch?v=WdBaj9f-Y1o
[3] Cita extraída del video: “Cita #3” en el URL: http://www.multimedios.tv/videos/cita-3
[4] Citas extraídas del video: “Cita #1” del URL: http://www.multimedios.tv/videos/cita-1
[5] Comentario publicado el 10 de enero de 2011 por Milenio.com
[6] Tweet publicado el 9 de marzo de 2011 antes de iniciar la transmición del programa “mitad y mitad” por Alfonso De nigris.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario